Aprendemos, crecemos y avanzamos. Me pregunto qué pasaría si por un día, soltamos el control, si nos detenemos… Si en vez de preguntarlos cómo podría hacer lo correcto, empezamos a sentir lo que aparece¿? En el fondo… cuando nos ponemos en ese pasillo en llamas, sentimos (antes de que ocurra) que no vamos a celebrarlo.
Y quizás, cuando caemos en la cuenta, conseguimos pensar. Y a veces, nos observarnos, …juzgando el hecho. Y es normal… ojalá fuera más sencillo.
Hay momentos tan arraigados en forma, que en el fondo, a veces, perdemos lo que es y si quizás, se queda todo lo que sentimos. Siendo momento espina o estanque. De ser y de arranque. De punto, y parte. Y quien dice punto, dice sentirse y sentarse. Si pudiera recoger, cuando repartí segundos sueltos, creo que podría (como todos) hablar de etapas. Conocerse bien, requiere también abrazar bonito, saber querer, cuidar, mirar con más amor al profundizar, y dedicar tiempo a abrigar huecos. Conocerse… permite entender que caer, fallar, equivocarse, caminar en falso y dolerse, forma parte de las posibilidades. Que volar, hay que permitirlo más, aunque sintamos en los primeros pasos, que vamos a ir descendiendo. Que sentirse pájaro o cazador, es cuestión de tirar o no del alambre.
Lo diferente siempre será el resultado…
..quizás por eso… hay tantas soluciones posibles, como esos escalofríos que aparecen y permanecen intactos, minutos antes de sonreír.